Los celos normales son justificados porque nos invade
un malestar al sentir que nuestra pareja expresa una atracción exagerada
por otra persona que no somos nosotros. Los celos son un temor real de
perder a la pareja, son nuestra respuesta al percibir un peligro en
nuestra relación. Nuestra vida en pareja nos brinda innumerables
satisfacciones y es natural sentir que nos domina la rabia ante la idea
de perder esa valiosa relación.
Una exaltación dañina
Los
celos son patológicos cuando por el contrario, la amenaza es sólo
imaginaria y se inventa a ese tercer factor. El problema se da cuando la
furia y la intensidad de los celos sobrepasa lo normal, porque esos
ataques de rabia y dolor desgastan la relación, la transforman en un
infierno y crean una sombra en el amor. Por causa de los celos se puede
llegar a la violencia familiar y a crímenes pasionales.
El
problema está en que la persona celosa patológica siente la total
pertenencia de su pareja y la ve como una posesión, cree que su cuerpo y
sus sentimientos le pertenecen. El Dr. Héctor Castillo, sexólogo
clínico y especialista en terapia de pareja, afirma que "cuando una
persona siente celos, es porque ve a su pareja como algo que le
pertenece. Los celos surgen porque dejamos de ver a nuestra pareja como
un sujeto y lo empezamos a ver como un objeto de nuestra propiedad. Sin
embargo los celos y la infidelidad no son propios del ser humano, sino
que son conductas aprendidas".
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